lunes, 12 de diciembre de 2011

Primeras reflexiones sobre mi práctica docente.

REFLEXIONES  SOBRE MI PRÁCTICA DOCENTE.
Actualmente, “los cambios sociales y paradigmas de la realidad en general replantean la función social de la escuela; se convierte en reto el establecer proyectos de formación de docentes que retomen sus necesidades, características particulares y condiciones concretas de trabajo. La acción docente deberá generar y retomar las teorías como complementación del análisis que parta de la recuperación de la propia actividad” (Gómez). Es por ello que en el primer módulo de esta especialización, se ha venido insistiendo en la ejecución de una visión hacia el interior de nuestro ejercicio diario, sobretodo en lo que concierne a la aplicación del enfoque por competencias que propone la RIEB para estas nuevas generaciones que se encuentran cursando en la base de los estudios superiores o de la ejecución de esas competencias para la vida.
            Es pues en nuestro país, en donde hay revolución de ideas y derramamiento de sangre, cambio de poderes y derroche de propuestas, mudanza de funcionarios y nuevas reformas educativas, etc.; y en donde nos interesa en sobremanera adecuar las propuestas de mejora para una práctica profesional perfectible y reconstruible a través del diagnóstico, análisis y retroalimentación cotidiano. Es en  México, en donde hay grandes pensadores y científicos, inventores y poetas, que se han formado en el sistema de educción básica que con carencias y virtudes nos ha formado en nuestros primeros conocimientos sistemáticos.
Respecto a mi trayecto de estudiante a maestra, creo que ha sido sinuoso y con obstáculos. Ingresé al sistema como docente de preescolar sin tener licenciatura, con estudios truncados de Medicina Humana y en esa época, el aprendizaje se fue forjando sobre la marcha, sobre la práctica, más que basada en teorías. De tal modo que hasta la actualidad y ya con la licenciatura, sigo enfocada en áreas distintas a las de mi formación, soy licenciada en educación secundaria con especialidad en biología, trabajo seis horas en biblioteca, nueve en el laboratorio de ciencias, dos horas en educación física y una en tutoría. Pareciera mucho o demasiado contrastante, pero el trabajo en la escuela y frente a grupo se congrega en un todo que conforma a la educación: “con propuestas desde la institución y desde sus actores para construirse y resignificarse” (Gómez).
Debido a la situación personal de ser cabeza de familia y con tres hijos, me ha sido complicado salir a trabajar fuera de la región ante algunas ofertas que ha habido. Y sin embargo es esa misma condición la que me motiva a superarme en el trabajo que realizo y a redefinir mi práctica año con año, sea o no especialista en las comisiones asignadas. En ese mismo sentido, el ser madre me ha motivado para entrar a la licenciatura y terminarla con miras a la adquisición de herramientas que contribuyan a una mejor educación para mis hijos que llegan a esa difícil etapa  de la adolescencia. Ahora mismo es motivante también el cursar la maestría, y como un reto personal y una finalidad laboral, incide en el desarrollo positivo de mi visión familiar.
Sin embargo, deberé mantener muy claros mis roles en casa y en la escuela, no permitir que se crucen o se sustituyan para bien mío, de mis hijos y de mis alumnos. Es decir, las actividades realizadas dentro del contexto escolar estarán centradas en la adquisición de competencias para el alumno y no con ello dejarán de ser significativas para mi propia satisfacción y motivación; y de igual forma, la toma de decisiones en la familia se centrará en ella solamente. Pues son esos dos ámbitos de mi vida los que me mueven a la reflexión de lo que he hecho hasta ahora, y de lo que quiero hacer a futuro en ambos aspectos de mi vida; por ello considero que son ala vez el combustible y el chispazo para la autoformación y para ir en busca de ese cambio de paradigma que favorece la confrontación de los canjes inminentes de nuestra sociedad.
Y es en ese sentido de cambios en el transcurrir del proceso educativo, que surge la experiencia en el acontecer diario, en un contexto urbano o rural, con escuelas muy pobladas o austeras, con compañeros docentes activos o pasivos ante su propio ejercicio, o simplemente en la propia complejidad del ser humano. Las relaciones que se viven al interior de la práctica educativa, guardan una serie éxitos y fracasos que cimentan y consolidan el actuar de los participes en ellas. En lo personal guardo los recuerdos de fracasos que en el caso de secundaria repercuten en la deserción escolar multifactorial, pero que como tutora me afecta al no lograr evitarlo, la reprobación de materias no a afectado por que se ha logrado motivar a los chicos y a sus padres para sean aprobadas sin afectar el cambio de grado. Afortunadamente, hasta ahora se han mantenido buenos resultados en las comisiones encargadas y en los resultados académicos de los grupos designados, es agradable conversar con los jóvenes que son egresados del plantel, de sus recuerdos y de su evolución fuera de la secundaria.
No obstante, algunas de las cosas que se me dificultan o que creo que obstruyen mi desarrollo pleno en el sistema, es la inestabilidad de no estar en los grupos de mi asignatura como quisiera, de realizar mis planeaciones en el área que me apasiona y buscar las actividades acorde al aspecto científico. De ello se derivan algunas otras cosas, pero es importante resaltar que el trabajo que hago implica más de lo antes mencionado, por lo que no hay pretexto para desánimos o derrotas pues el nivel en el que me encuentro laborando es mucho más gratificante de lo que aparenta y los chicos en ese medio fortalecen a las personas con el simple trato y aún más si se sabe comunicar con ellos desde su mismo ambiente. Con todo lo anterior, apoyo la idea de Sime cuando propone que “la reconstrucción de nuestra propia convivencia a la luz de las teorías y de nuestra propia experiencia de relaciones interpersonales como seres semejantes y diferentes”.


MARTHA VIDALES R.

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